San Antonio Abad. se celebra el sábado más próximo al 17 de enero.
La Festividad tiene una gran tradición y notables singularidades en l’Alcora. En primer lugar, y a diferencia de lo que sucede en la mayoría de localidades de la provincia, no se construye una única hoguera, sino que cada barrio tiene la suya propia, y la comitiva oficial las visita todas, después de la preceptiva bendición de los animales, haciendo así partícipe a toda la población. Las hogueras, la procesión de los animales, y el sabroso “Prim”(una pequeña coca hecha con harina, azúcar, aguardiente y aceite de oliva), son los protagonistas de la multitudinaria fiesta.El clamoroso ¡Vitol a San Antoni!, enmarca toda la protección y clemencia solícita, para animales y jinetes.
El acto cumbre de la programación festiva es la Matxà, y en cuanto a la Villa de L´Alcora se refiere, lo más destacable es LA RECUA, alcorina y autóctona, que desfila integrada en la célebre procesión junto con el resto de animales.
La comitiva o matxà rememora la secular recua arriera, que en el siglo XVIII se encargó de transportar las preciadas cerámicas de la Real Fábrica de Loza y Porcelana del Conde de Aranda por toda la geografía española.
Sant Antoni también es celebrado en las pedanías como son la Foia y Araia.
Rompida” de la Hora. Se celebra el segundo día de Pascua.
Es celebrada el Viernes Santo, y se realiza un pasacalles que inicia en la Plaza de España y finaliza en la Plaza de la Iglesia.
La Hermandad del Santísimo Cristo del Calvario de L’Alcora, fundadora de la Rompida de la Hora es la encargada de organizar este acto. Detalles e invitaciones a todas las cofradías tanto provinciales como nacionales, al igual que una comida de hermandad entre los pueblos asistentes, forman parte de este acontecimiento. Cabe destacar que cada año una personalidad del mundo político, social, cultural o deportivo es invitada para iniciar la Rompida.
A las 12 h. del mediodía del Viernes Santo, más de 1.000 tambores y bombos procedentes de la provincia se dan cita para expresar el sentimiento por la agonía y muerte de Jesús mediante el estruendoso sonido de sus instrumentos. Es un acto cargado de emoción que hace que las calles del casco antiguo de l’Alcora se estremezcan y retumben con inusitada fuerza.
En 2012 la Rompida de la Hora fue declarada Bien de Interés Cultural Inmaterial de la Comunidad Valenciana, y se ha elevado solicitud a la UNESCO para su reconocimiento como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, junto con otras manifestaciones similares de Aragón, Comunidad Valenciana, Castilla la Mancha, Murcia y Andalucía.
A finales de 2018 la UNESCO declaró la Rompida de la Hora Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
Día del Rotllo. Una de las celebraciónes más populares de Alcora, junto con la procesión del Cristo, es sin duda la Fiesta del Rollo.
El Lunes de Pascua, Alcora se viste de fiesta y de alegría para acoger, como cada año y desde tiempo inmemorial, los niños del pueblo y de otras poblaciones vecinas que acuden a participar en la “Romería de Infantes”, considerada la única romería del Estado donde los protagonistas son los niños, y para el posterior reparto de los “rollos”.
La tradición popular marca el inicio de esta romería a mediados del siglo XVIII, cuando una terrible sequía asolaba los cultivos de Alcora. Ruegos y oraciones no eran suficiente para conseguir invertir esta voluntad divina.
El Consejo Municipal determinó enviar una embajada de niños, menores de siete años en la ermita más alta del término municipal, San Cristóbal, para que desde allí, mucho más cerca del cielo, hicieron llegar sus suplicas al Padre Dios .
Los niños y las autoridades religiosas se encerraron en el interior de la mencionada ermita durante horas, entre rezos y oraciones, volviendo más tarde a la población.
Al cabo de unos días una formidable lluvia regó los campos, salvando las cosechas. Por ello y en señal de gratitud, una vecina dio al pueblo unos sacos de harina, con los que se elaboraron unos rollos con semillas que se repartieron entre todos los niños. Esta es la leyenda popular del origen de la fiesta.
Actualmente la fiesta del Rollo rememora este hecho con una “Romería de Infantes” que acompañada de música popular (dulzaina y tamboril y, en los últimos años, rondalla de cuerda), se traslada hasta la ermita de San Cristóbal. La Romería de Infantes va seguida de todos aquellos que deseen participar de la fiesta, sin limitaciones por edad o procedencia.
Presidida por una cruz, seguida de los monaguillos, los niños y las autoridades religiosas que llevan la reliquia de San Cristóbal, discurre desde la iglesia parroquial (279 m.) Hasta la cima de San Cristóbal (429 m), en un itinerario de poco más de un kilómetro en el que se salva un desnivel de 150 m.
Todos los participantes en la romería son obsequiados con una cinta conmemorativa de la fiesta y un rollito de pan.
Llegados a la ermita se celebra una misa de acción de gracias, rememorando el favor que Dios hizo al pueblo, en la que se recitan las plegarias y se cantan los “Gozos” al Santo. Después, el desayuno con tortillas de ajos tiernos, habas y la tradicional mona de dos huevos.
Cuando finalizan los actos a San Cristóbal, más de 2.000 personas bajan en dirección al pueblo por el camino serpenteante, primero por la montaña abierta y luego por las revueltas del recinto del Calvario, entonando los tradicionales cantos de “solispassa”, que resuenan en toda alrededores, hasta llegar a la población situada en pies de la cima.
“..Ous, ous, bona coca i bon dijous.
El dijous de matí,
bona coca per a mi.
El dijous de vesprà,
bona coca amb cansalà.”
“Angelets del cel
baixareu a Pasqua
ous i caragols
i fulletes de carrasca”
El orden de la comitiva varía en la bajada, presidida por las autoridades religiosas con la reliquia, después la Cruz, los monaguillos y los niños, y al final el resto de la gente.
A la llegada a la puerta del Calvario les esperan las autoridades, acompañadas de la reina y damas, la banda de música y los “angelitos”, niños menores de 3 años que son vestidos para la ocasión con túnica, capa, aletas de paloma y corona, representando la inocencia de los más pequeños.
Desde aquí se trasladan todos en comitiva y cantando hasta la iglesia parroquial, donde se hace el reparto del rollo entre todos los participantes de la fiesta.
En la actualidad no es imprescindible hacer la subida a la ermita, para recoger el “rollo”. Todos aquellos que vienen a disfrutar de la fiesta, activamente o como espectadores, pueden pasar a recoger el tradicional rollo de pan y semillas.
Este día, Alcora cuadruplica su población con la llegada de gente de toda la comarca y del resto de la provincia, que desde tiempos ancestrales han buscado los favores que el Santo ofrece a aquellos que cumplen con la tradición. Entre ellas destaca el hecho de que guardar el primer rollo que, según la tradición, garantizaba no morir de desgracia.
En una resolución de la Consellería de Turisme, fechada el 23 de noviembre de 2009, esta fiesta es declarada de Interés Turístico Provincial. L´Alcora se siente orgullosa de ser la titular de una “Romería” única en España.
Día de la Dobla. El día de la Dobla se celebra el Martes de Pascua.
Está ligado estrechamente a la Romería del Rotllo desde sus orígenes. Según cuenta la historia, un lunes de Pascua los niños salieron en peregrinación para pedir que lloviera después de varios años de sequía. En atención a la lluvia concedida, al día siguiente -martes de Pascua- se volvió a salir en romería hacia la ermita de San Cristóbal en señal de agradecimiento. Los alcorinos doblan la fiesta, por lo que esta se conoce como Día de la Doblà, o de la Dobla.
En la actualidad se mantiene la tradición de subir hasta San Cristóbal y pasar el día en los pinares de los alrededores, donde se preparan juegos para los más pequeños, como la ancestral trencà de perols.
Es costumbre que los rollos sobrantes de la festividad del día anterior se troceen en cuartos y se repartan entre los participantes, de ahí que este día también reciba la denominación de Día del Tros.
Romería de San Vicente. Se celebra el segundo lunes de Pascua (8 días después del Domingo de Pascua) en la ermita de San Vicente y aledaños.
La romería de San Vicente tiene un gran arraigo en l’Alcora, y cierra el ciclo de fiestas de principios de la primavera (Semana Santa, Pascua, San Vicente).
A primera hora de la mañana, la comitiva oficial, encabezada por la dolçaina y el tabal, y formada por gigantes y cabezudos, clero, autoridades, banda de música y todos los romeros, parte desde la iglesia. A la llegada a la ermita de San Vicente se celebra una misa seguida por un almuerzo campestre en el que no pueden faltar productos típicos de esta jornada como la tortilla de habas o de ajos tiernos y la panà de Sant Vicent, torta cubierta con huevo duro, carne magra, piñones y longaniza.Tras el almuerzo, la banda de música ameniza la mañana con una selección de pasodobles, y a las 13:00 h la romería regresa a l’Alcora.
En los últimos años se ha recuperado la tradición de La Mocadorà, en la que el novio regala a su amada un gran pañuelo anudado por las cuatro esquinas y repleto de peladillas, turrones y mazapanes.
Peregrinación por las ermitas de l’Alcora. La ruta de las ermitas se celebra el sábado posterior al Domingo de Pascua que tiene lugar por la ruta PR-120.
El itinerario transcurre por antiguas sendas y caminos que comunican gran parte del término municipal de l’Alcora. Es un recorrido muy aconsejable para descubrir los diferentes paisajes que albergan los 95 km2 de nuestro término municipal. El recorrido, de unos 30 km, es el siguiente:
– Inicio: 6:00 h, en la ermita del Calvario
– Ermita de San Joaquín y Santa Ana (Araia)
– Mas del Rogle (almuerzo)
– Ascenso hasta Torremundo (717 m), cota más alta del término municipal
– Ermita de San Cristóbal
– Ermita de San Vicente (comida con platos típicos alcorinos, como la “olleta de dijuni” o el “conill amb tomata i caragols”)
– Iglesia de San Miguel (la Foia)
– Ermita del Salvador y castillo de l’Alcalatén
– Vega del río, fuente de la Pelejana, Baix la Vila y entrada al casco urbano por el Portal de Verdera (siglo XIV)
– Final de la Romería en la iglesia parroquial de la Asunción
“Els ninots” de San Cristóbal. Se celebra en torno a la festividad del Patrón de l’Alcora San Cristóbal (11 de julio).
Inicios del s. XX.- La Vila de l´Alcora, eminentemente agrícola, había terminado de realizar la siega y el complementario batre, poniendo punto final al anual ciclo del agro. Eran vísperas de la festividad de San Cristóbal, su patrón por excelencia. Algunas de sus principales vías públicas fueron engalanadas. Los vecinos muy afanados, estaban colgando sus respectivos “Ninots” en un entorno cordial y festero. Una celebración nacida en un mundo rural, poco costosa, pero muy participativa y popular. Meriendas en improvisadas terrazas en la calle, bailes típicos, y las interesantes partidas de naipes, completaban aquel programa de actos. Días previos los niños de la villa alcorina ya marcaban la cercana algarabía.
Durante el recién concluido junio, que tuvo solo media jornada lectiva, por las tardes corrían como locos hacia las eras del batre donde les esperaba el “trill”. Allí en aquellos ruedos de laboreo agrícola, donde las fajas de trigo (garbells), mediante un rudo sistema, eran tratadas para separar el grano, de la paja o tamo. Un hervidero de pequeñuelos se montaban sobre la tabla (trill), que no paraba de dar vueltas a modo de tío vivo. Los niños, con su peso, ayudaban a que las piedras de silex incrustadas en la parte inferior de la tabla fuesen más efectivas en la costosa selección.
Ropas viejas, la descrita paja, un poco de serrín y larga soga, eran útiles suficientes para la popular manufactura del ninot.
Un día completo de San Cristóbal, se componía de: paso del rio entorno al medio día, procesión por la tarde y un emotivo final en la iluminada noche con la quema de los Ninots.
Fiestas del Cristo. Las fiestas del Santísimo Cristo del Calvario se celebran las semanas anterior y posterior al último domingo de agosto.
El último domingo de agosto, l’Alcora celebra la Festividad del Cristo del Calvario, en conmemoración del hallazgo de una milagrosa imagen a principios del siglo XVIII. Este día es el epicentro de dos semanas de intensa actividad festiva que combinan actos deportivos, culturales, musicales, taurinos, religiosos, etc. La participación en todos los actos es masiva y la afluencia de visitantes foráneos también.
De entre todos los actos cabe mencionar la Procesión del Cristo (último domingo de agosto); la presentación de la Reina y Damas (viernes anterior); el baile de disfraces, multitudinario y lleno de colorido (el lunes después del Cristo); y los actos taurinos, entre otros.
A destacar también el producto gastronómico de estas Fiestas: el caracol, que, acompañado por una salsa a base de ajo, aceite y guindilla y con algunas variantes, es el plato estrella de almuerzos, aperitivos y meriendas en los días de vaquillas y toros.
Fira del Mussol. La Fira del Mussol se celebra el domingo posterior al 10 de octubre y se situa en: Avda. General Michavila y calles aledañas.
La Fira del Mussol data de 1843. El 25 de marzo de dicho año la Diputación Provincial de Castellón concede autorización al Ayuntamiento de l’Alcora para celebrar esta singular feria los primeros días de octubre. Su nombre hace referencia a los mochuelos (mussols, en valenciano) que se usaban para la práctica del parany, modalidad cinegética para la caza de tordos muy arraigada en l’Alcora.
En origen se celebraba durante varias jornadas, en cada una de ellas se resaltaba una especialización o un producto: 1ª Ropa. 2ª Salazones. 3ª Ganadería. 4ª Caza (prioridad al parany), agrícola, comestibles, etc.
El progreso y la mejora económica provocan una bolcada en los gustos i costumbres, i eso casi fulmina nuestra tradicional Fira.Primero pasó de siete a cinco días, y en el 1.900, su duración ya nada más era de tres jornadas. Ahora solo nos queda uno de feria, unido inexorablemente al descanso dominical, porque el calendario, también pasó de rural a industrial.
Hoy es un concurrido mercado popular en el que destacan la artesanía y los productos gastronómicos de calidad. Con el tiempo la feria ha perdido su finalidad fundacional, pero se ha transformado en uno de los días de mayor animación y actividad comercial en l’Alcora.
En los últimos años se está potenciando la presencia de expositores de artesanía, lo cual está dando un empuje aún mayor, si cabe, a esta popular y concurrida jornada.
Fiestas de Araia. Las fiestas de Araia son celebradas en torno al 15 de agosto.
En plena canícula veraniega, y como pórtico de las fiestas patronales de l’Alcora, Araia celebra sus fiestas en honor a los patrones, San Joaquín y Santa Ana. Son jornadas en las que a los habitantes de las masías de Araia se suman los originarios de esta pedanía que viven en otras localidades, los veraneantes y todos aquellos que desean compartir un programa de actos que combina actividades muy concurridas, como las vaquillas, el toro embolado, actividades infantiles, juegos, gastronomía y música.
El entorno natural y la singular configuración urbanística de Araia le confieren a estas fiestas un carácter muy acogedor y desenfadado.
Fiestas de la Vera Creu de la Foia. Las fiestas de la Vera Creu de la Foia se celebran el 3 de mayo y días próximos.
La Foia celebra sus fiestas mayores en honor a la Vera Creu. Durante estos días, las calles de esta pedanía se llenan de color y bullicio, gracias a un completo programa de actos para todos los públicos.
Destacan, por su tradición y por la gran participación, el Baile de Gala, la procesión de la Vera Creu (3 de mayo) y la procesión de la Virgen de los Dolores (4 de mayo). También hay espacio para el deporte, la música, los toros, el teatro, las verbenas, la gastronomía, los juegos, etc.
Hay que destacar la hospitalidad de los foieros, que se vuelcan en sus fiestas y en los visitantes, y el entrañable marco de las calles de la Foia, que hace que todo el mundo se encuentre como en casa.
Al-Qürá. Jornadas medievales. Las Jornadas medievales se celebran a mediados de noviembre y tienen lugar en el casco antiguo de l’Alcora.
Rinden homenaje al pasado medieval de la ciudad, aprovechando el excelente escenario que brinda el nucleo histórico, la localidad nos traslada a la Edad Media.
El Portal de Marco, la Paza San Roque, la Plaza de la Iglesia, la Plaza de la Sangre… retroceden por unos días 700 años atrás, hasta los tiempos en que se entrega la Carta Puebla a l’Alcora (31 de diciembre de 1305) y D. Juan Ximénez de Urrea, quinto descendiente directo de Ximén de Urrea, da a poblar la “puebla de Alcora de Alcalatén”.
El mercado, las atracciones, la participación de vecinos y la decoración medieval ambientan las calles que se convierten en un verdadero zoco por unos días.
L’Albà. Se celebra el día de nochebuena, tras la Misa del Gallo en la Iglesia Parroquial.
Es sin duda el elemento definitorio por excelencia del folklore alcorino más puro, uno de los actos más representativos y estimados.Un fenómeno cultural de primer orden que por su rotación anual suele pasar un tanto desapercibido para muchos, mientras para otros es una joya etnológica de incalculable valor.
Se trata de una pieza musical mezcla de jota aragonesa y albà valenciana, cuyo origen parecer remontarse al menos al siglo XVII. Las estrofas están formadas por versos octosílabos y rima consonante, organizados en distintas partes (pie, cuarteta, cuerpo y trobo).
La composición instrumental está formada por cuerda de rondalla (Guitarras, guitarrones, bandurrias, cítaras, contrabajo y violines). En percusión destacar la pandereta, las castañuelas y el triángulo. Actúan también dos clarinetes, alto y bajo. El intérprete es un solista o “Cantador” que se renueva cada año, al que acompaña un numeroso coro, por lo general cantadores veteranos.
L’Albà se canta en Nochebuena para celebrar el nacimiento de Jesús. A continuación, la comitiva se traslada al domicilio del alcalde para interpretar otra Albà, de carácter satírico.
Semana Santa / Pascua / San Vicente. Ver programación en https://www.turismelalcora.es